Montesquieu

«No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia.»
Montesquieu (1689-1755)

Masones: MontesquieuMontesquieu fue iniciado el 12 de mayo de 1730 en la logia “Horn” de Londres presidida por el duque de Norfol

Montesquieu llega a Londres el 3 de noviembre de 1729 y regresaría a Francia en 1731. En esa época, Inglaterra se había auto proclamado una monarquía constitucional a consecuencia de su Revolución Gloriosa (1688–89), y se había unido con Escocia en la Unión de 1707 para formar el Reino de Gran Bretaña. Estas transformaciones nacionales causaron un gran impacto en Montesquieu, a las que se referirá en forma repetida en sus escritos.

La entrada de Montesquieu en los salones de la nobleza ilustrada fue facilitada por su relación con el duque de Berwick, los duques de Richmond (el duque de Richmond tenía estrechos vínculos con Francia; su abuela era Louise-Renée, duquesa de Portsmouth que vivió en Francia) y de Montagu. Más tarde, Montesquieu describiría a Montagu como su amigo y protector en Inglaterra y a esos años en compañía de Montagu, como los mejores de su vida.

El ingreso en la Royal Society

El doctor George Louis Teissier, que en 1725 había ingresado en la Royal Society, propone el 12 de febrero 1730 a Montesquieu como miembro de la Royal Society. Quince días más tarde, Montesquieu era miembro de dicha Sociedad. Allí encontró a otros miembros de la Sociedad como los duques de Richmond, de Montagu y al octavo conde de Pembroke.

El ingreso en la Francmasonería

Sabemos por el British Journal de 16 de mayo de 1730 que Montesquieu fue iniciado el 12 de ese mes en Londres en la logia Horn teniendo el mallete de Venerable el católico duque de Norfolk; “Nos enteramos que el martes por la noche, se ha celebrad un encuentro en la logia Horn Tavern en Westminster, a la que asistieron el duque de Norfolk, Gran Maestro, Nathaniel Blakerby, Vice-Gran Maestro, y otros grandes oficiales, el duque de Richmond, Maestro de la logia, el marqués de Beaumont, Lord Mordaunt, el marqués de Quesne y muchas otras distinguidas personas. Los nobles extranjeros siguientes, François-Louis de Gouffier, Charles-Louis Presidente de Montesquieu, Francis conde de Sade… fueron recibidos miembros de la Anciana y Honorable Sociedad de Francmasones”. François-Louis de Gouffier era primo hermano del duque de Richmond y su madre era la hermana de la duquesa de Portsmouth. El otro era el padre del que sería el famoso marqués.

Entre los masones miembros de la famosa logia Hor Tabern de Westminster, se encontraban miembros de la Royal Society como Edgley Hewer, el doctor Arbouthnot ,y los ya citados duques de Montagu y de Richmond (que se convirtieron en Grandes Maestres).

Fuente: Robert Shackleton, Montesquieu: Una biografía crítica, Prensa Universitaria de Grenoble, 1977, pp. 97-114.

 

BIOGRAFÍA

Charles-Louis de Sécondat, Barón de la Brede y de Montesquieu, nació el 18 de enero de 1689 en el castillo de la Brede, cerca de Burdeos, y murió el 10 de febrero de 1755 en París. Era hijo de Jacques de Secondat y Marie-Francoise de Pesnel; su familia pertenecía a la llamada nobleza de toga. Su madre, Marie Françoise de Pesnel, era la heredera de una importante fortuna que aportó el baronazgo de La Brède a la familia Secondat.
Estudió de 1700 a 1705 en Jully, en el célebre Colegio de los religiosos oratonianos, donde recibió una enseñanza muy completa (desde el latín, francés, griego, geografía e historia, hasta las matemáticas, así como dibujo, música, equitación, esgrima y danza). En Burdeos cursó el bachillerato, se licenció en Derecho civil en su Universidad y, en 1708, fue admitido como abogado. De 1709 a 1713 duró su primera estancia en París, donde trabó amistad con heterodoxos notorios como Nicolás Fréret, erudito precoz, apasionado por la historia antigua, la mitología, la arqueología y la cronología y especializado en el estudio de China. Allí conoció al conde de Boulainvilliers -en cuya casa vivía Lama, famoso autor de la teoría sobre feudalismo que Montesquieu recogería en L’ esprit des lois, pero que también escribía anónimamente obras declaradamente heterodoxas.

Cuando murió su padre, retornó a La Brede para hacerse cargo de la herencia pasando a vivir bajo la protección de su tío, el barón de Montesquieu, quien a su muerte en 1715 le dejará como legado tanto su fortuna, como su título de barón y el cargo de Presidente del Parlamento de Burdeos (1716-1727) que ya había desempeñado su abuelo, Señor de La Brede. Ese mismo año contrae matrimonio con Jeanne Lartigue. Así, reunió en sus manos La Bréde, Martillac, Raymond, Montesquieu y Clairac.

Ingresó a los veintiocho años en la Académie de Burdeos, fundada en 1712. Sus primeros años en esta docta casa le incitaron su afición por las ciencias y el cultivo del método experimental, que resaltan en sus discursos sobre la Causa del eco y del Uso de las glándulas renales (1718), La causa de la gravedad de los cuerpos y la causa de la transparencia de los cuerpos (1720), sus Observaciones sobre la historia natural (1721), además de su Proyecto de una historia física de la tierra antigua y moderna (1719).

Montesquieu fue uno de los hombres más representativos del Siglo de las Luces; pero se separa notablemente de las corrientes dominantes en esa época, pues no siguió ni la línea idealista de la escuela racionalista del Derecho natural y de gentes, ni la línea constructivista de los partidarios del mito del contrato social que, años más tarde, culminaría Jean-Jacques Rousseau en Du contrat social (1762). Su método fue el experimental, analítico-hipotético-sintético, llevado a las ciencias físicas por Galileo, que Francis Bacon quiso traer a las ciencias sociales y al que Newton trató de dotar de rigor. Auguste Comte le consideró precursor de la ciencia positiva; Durkheim de la sociología e introductor del método del Derecho comparado.

Su primera obra importante fueron las famosas Lettres persannes (1721), una una sátira basada en la correspondencia imaginaria entre un visitante persa de paseo por París, que hace notar los absurdos de la sociedad contemporánea. El éxito fue inmediato y Montesquieu frecuentará los círculos de ilustrados que rodeaban al primer ministro, el duque de Borbón, siendo introducido allí por el duque de Berwick. Asiste a fiestas en casa de la marquesa de Prie, de Mademoiselle de Clermont. Ésta le inspira su obra El templo de Gnido, publicada también anónimamente. Lee en el Club del Entresol, su discurso Dialogue de Sylla et d’ Eucrate. Conoce a Fontenelle, secretario perpetuo de la Academia de Ciencias, quien le introdujo, hacia 1724, en casa de Mme. Lambert. En 1725 vende su cargo del Parlamento de Burdeos. En 1728 consigue ingresar en l’ Académie Francaise, superando la oposición del cardenal de Fleury al haberse sabido que era el autor de las Cartas persas. Caído Fleury en desgracia, se le invitó a hacer públicas sus aún anónimas obras. Ese mismo año viaja por Alemania, Austria y Hungría en compañía de milord Waldegrave, sobrino del mariscal Berwick; por Italia, donde en Venecia encuentra a dos exiliados, el conde de Bonneval, que se había hecho mahometano y adoptado el título de pachá, y el escocés John Law, que había sido ministro de Finanzas de Francia. Visita Milán, Turín, Florencia, Roma, Nápoles. Continúa viajando por El Tirol, Baviera, y sigue el río Rhin hasta los Países Bajos. De allí, embarca para Londres, donde se le acogió como miembro de la Royal Society y es iniciado en la francmasonería.

Retorna en 1731 a Francia. En 1734 aparece la primera versión de sus Considérations sur les causes de la grandeur des romains et de leur décadence. Era preocupación constante de Montesquieu el tema del engrandecimiento por las conquistas, de la posibilidad de una monarquía universal y de la decadencia de las grandes naciones. Pudo observarse ya cuando escribió antes de 1729, De la principale cause de la décadence de l’ Espagne así como sus Considérations sur les richesses de l’ Espagne.

Pero su obra cumbre fue De l’ esprit des lois, que se publicó en 1748 que llena toda la vida de Montesquieu: «Esta obra es el fruto de reflexiones de toda la vida» ( … ) «de un trabajo inmenso» «He empleado veinte años de mi vida en esta obra». En el manuscrito su autor puso este epígrafe: «Proles sine matre creata» (Hijos nacidos sin madre), porque «un libro sobre las leyes debe ser hecho en un país de libertad, la libertad es la madre; ¡yo lo he hecho sin madre!». La Iglesia Católica prohibió l’Esprit – junto con muchos de los escritos de Montesquieu – y en 1751 lo incluyó en el Index Librorum Prohibitorum.

Su pensamiento debe ser enmarcado dentro del espíritu crítico de la Ilustración francesa, patente en rasgos como la tolerancia religiosa, la aspiración de libertad y su concepto de la felicidad en el sentido cívico. Montesquieu también era tenido en alta estima en las colonias británicas de América como un campeón de la libertad. y era la persona más comunmente citada en temas de gobierno y política en la América británica colonial pre-revolucionaria, y también por los fundadores norteamericanos. Tras la secesión de norteamérica, las obras de Montesquieu continuaron ejerciendo una poderosa influencia en muchos de los pensadores y fundadores de los Estados Unidos.

Es de destacar que, en contra de la opinión corriente, la teoría de la separación de poderes no fue formulada por Montesquieu sino que distinguió dos sistemas: el del «equilibrio» y de «los contrapesos». El sistema de separación de poderes fue propuesto por Sieyes a la Asamblea y aprobado por ésta, sin que se procura de la independencia de la función de juzgar, sino, por el contrario, por que los jueces quedaran sometidos al poder legislativo de la Asamblea nacional, a la que consideraba titular de la soberanía popular. Por el contrario, Montesquieu no se preocupó de la teoría de la soberanía ni de la doctrina constitucional. Lo que sí trataba de salvaguardar Montesquieu era la no confusión y el equilibrio entre los poderes político legislativo y ejecutivo y la independencia respecto de uno y de otro de la función de juzgar.

Obras: Sus obras completas se publicaron poco después de su muerte: Oeuvres (Ámsterdam,1758). Una buena edición es; Oeuvres completes de Montesquieu, 3 vols. (París, 1950-1955), a cargo de A. Masson, así como Montesquieu, Oeuvres completes, 2 vols. (París, 1949-1951), cuidadas por Caillois.

Bibliografía: H. Barckhausen, Montesquieu. Ses idées et ses oeuvres d’ aprés les papiers de la Bréde (París, 1907; reimpr. Ginebra, 1971); S. Goyard-Fabre, La philosophie du droit de Montesquieu (París, 1973); L. Althusser, Montesquieu (4: ed., París, 1974).

Fuente: Juan B. Vallet de Goytisolo, Juristas Universales, pp. 559-572.

“Hay gran diferencia entre tolerar una creencia y aprobarla. Cuando las leyes de un Estado toleran diversas religiones, ha de obligarlas a que ellas se toleren entre sí. Toda religión reprimida se hace represora; al salir de la opresión combate a la religión que la oprimía, no por su doctrina sino por su tiranía. Es útil, por consiguiente, que las leyes impongan a todas las religiones, además del deber de no perturbar la marcha del Estado, el de respetarse las unas a las otras. El ciudadano está lejos de cumplir si se contenta con no agitar el cuerpo del Estado; es menester, además, que no inquiete ni moleste a otro ciudadano, sea quien fuere” (Montesquieu, Espíritu de las Leyes, 25, 9).

Publicado Por Rogelio

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